Película “EL NIÑO”

1. Personajes:

Bruno: Es un hiperactivo joven de 20 años.
Convive con Sonia, su pareja, con quien tiene recientemente hijo llamado Jimmy. Se dedica a actividades informales, en lugar de las rutinarias obligaciones laborales, prefiere asaltar a transeúntes con ayuda de una pandilla de niños. Intenta vivir cada momento con intensidad, por lo que suele mostrar actitudes de despreocupación por el futuro y una irresponsabilidad que le hace subsistir al límite del peligro.

Sonia: Es una madre adolescente de aproximadamente 18 años. Intenta desarrollar una vida despreocupada e independiente, acompañada de Bruno y su pequeño bebe. Demuestra actitudes emocionalmente inestables, aunque luego de experiencias, inicia una relación de mayor responsabilidad con su hijo.


2. Opinión:

Bruno y Sonia son una de las miles de parejas que inician la experiencia de la paternidad, a temprana edad, en el mundo. A diferencia de las historias más frecuentes y tradicionales en las que las adolescentes familias viven con ayuda de la intervención económica y según los ritmos de vida guiados por sus padres, ambos prefieren desarrollar una forma de vida basada en la espontaneidad, sin un proyecto o plan de paternidad elaborado previamente. Probablemente esta ruptura con la normalidad es lo que haga de esta una pareja atractiva, sin prejuicios, ni represiones, y hasta aparentemente libre, pero que lógicamente tiene poca cabida y posibilidad de realizarse sin problemas dentro de un contexto cultural en el que lo básico, e incluso muchas veces, lo que incentiva la convivencia social es la economía y no los deseos o placeres reales de las propias personas.

La conformista crítica clásica argumentaría que es una pareja con pocas convicciones en la vida y por tanto no es feliz o que es incorrecta moralmente y un muy mal ejemplo del que guiarse. A mi parecer calificar de malo o bueno es muy apresurado, en cierto modo se pueden diferenciar dos características principales en esta peculiar pareja. La primera es que intentan vivir con mucha autonomía, tal y como ellos mismos quieren ser, son muy hiperactivos y cariñosos ambos, de poquísima comunicación lingüística, pero más bien llenos de emotividad con la que liberan las tensiones que pueden acumular en cada acción que realizan a la par, individualmente o asociados con amistades, como es el caso de Bruno. La segunda característica es su desenvolvimiento social, es decir con personas ajenas y desconocidas, con las cuales inevitablemente deben relacionarse por la necesidad de recursos económicos. Es entonces cuando la despreocupación por el futuro que los caracteriza deja de ser viable, pues los expone a muchos riesgos al no ser compatible en un mundo donde quien no trabaja esta condenado a pasar el hambre o vivir en la precariedad.

Además de esto, ambos demuestran poca criticidad frente a sus problemas cotidianos, lo cual los hace vulnerables a continuar una cadena de problemas. Es muy claro que, aunque aparentemente sus hábitos de vida sean distintos a los de la sociedad, han heredado de ella la costumbre de comprar compulsivamente. Esto se ve reflejado cuando Bruno, de modo casi mecánico, ofrece a su hijo como un producto que puede vender y comprar. O cuando por el simple hecho de hallar una casaca idéntica a la suya, la compra sin titubear para Sonia. Aún con estas conductas tan poco humanas, que no son más que producto del contexto social en el que se desenvuelven, me ha sido muy atrayente la desobediencia a la vida laboral y en general, al prototipo de vida programado para una pareja que “mete la pata”. Me deja una especie de moraleja algo curiosa: “Mientras el comercio nos ofrece los alimentos necesarios para vivir y los productos para el hogar, el trabajo nos roba la vida y el tiempo en familia”.

No deberíamos engañarnos. En este mundo nadie es feliz. Ni el precario que ansia dejar de serlo, pero que sonríe de vez en cuando. Ni el millonario que ha acumulado objetos y aún desconoce del amor que no le puede ofrecer el dinero. Tampoco el ladrón codicioso, tampoco. Pero que desobedecer al mundo que obliga a vivir de una determinada manera es un síntoma positivo.

1 comentario:

Alabcasper dijo...

Bueno, el Profesor Oscar no dejo que hagamos un resumen de la Película, pero lo malo es que no dejaba ver las partes importantes =)

El aburrimiento también es inspirador ;)