La influencia del medio (Comunicación)

Frecuentemente aseguramos que los programas de televisión que triunfan son los que se adaptan a nosotros y a nuestra cultura, sin embargo, aparentemente los roles han sido invertidos, ya que con ellos es posible que la sociedad se adapte a un sistema social definido o modifique sus formas de comprender la vida y relacionarse. La comunicación se ha convertido en un medio necesario para la domesticación de nuestras vidas. Incluso el supuesto “desarrollo de la comunicación”, la “comunicación sin límites”, la “globalización de la comunicación” irónicamente han permitido que las personas estemos cada vez más distanciadas que nunca.

Hace algunas décadas, quizás siglos, los miembros de una familia podían pasar tiempo juntos, salir a pasear, acariciarse, sonreír, olerse, besarse y un largo etcétera; mientras en tiempos actuales la comunicación se encuentra encerrada en fríos aparatos de plástico, entre códigos lingüísticos e íconos de gestos virtuales. Comunicarse consiste en la rutinaria tarea apretar teclas y hacer click’s. Comunicarse consiste en estar postrados sumisamente en una silla durante horas frente a un Televisor que jamás nos podrá oír, ni responder.

Para que el desarrollo tecnológico alcance tal sustentabilidad, ha sido necesaria la aparición de cada vez más numerosos empleos, y en consecuencia, nuevos estudios y carreras. Lo cual garantiza no otra cosa que el tiempo para la convivencia social y el desarrollo real de cada uno de nosotros sea cada vez más reducido, casi inexistente. Los aparatos de comunicación no son una ayuda, son una salida de emergencia para comprimir mentalmente a una sociedad ansiosa por liberar todas las tensiones acumuladas. El nivel de deshumanización es cada vez peor. El orden impuesto genera cada vez más asesinatos y suicidios. Cada vez se construyen más cárceles (educativas, hospitalarias, laborales) al servicio de un mundo que no nos ofrece nada más que eso mismo. Nuestras vidas son cárceles donde nos acomodamos silenciosamente.

El progreso tecnológico ha negado el progreso humano y nadie se ha librado de él. Ni si quiera los “enfermos mentales” encerrados por no aceptar este injusto orden social (pues en los manicomios son utilizados como herramientas humanas a las que se manipula con pastillas e inyecciones químicas). Y los niños tampoco son una excepción. Sin duda son ellos los más afectados psicológicamente, pues la creatividad, el juego, la exuberante alegría que desearían manifestar con sinceridad son frecuentemente prohibidos en un mundo ya programado, racionalizado y determinado por normas que sólo pueden modificar los grandes grupos de poder mundial. Psicológicamente, el sistema es un asesino de niños.


Los Simpson

“Los Simpson” no es una serie animada de origen latinoamericano, sino acerca de una familia, y en general una sociedad, norteamericana. Con esto podríamos deducir fácilmente que en ella se desarrollan temáticas relacionadas a su propia cultura de procedencia, lo cual suele suceder con la mayoría de programas y series animadas que se presentan en la televisión. Pero para que estos programas tengan mayor difusión, emplean técnicas útiles para mantener controlados a miles de niños, y también a adultos, en el mundo entero.

Atención, retención y reproducción:

Los personajes son caricaturas dibujadas de modo bastante sencillo, presentan una anatomía humana bastante ridiculizante. Suelen ser de piel amarilla, ojos bastante grandes y visten ropas que no se desprenden de lo normal. Frente a esto último, se puede señalar un estereotipo social definido que consiste en la relación: Mujer = Falda y cabello largo, mientras que Hombre = Pantalón y cabeza despejada. Esta característica tiene aún más profundidad, pues la primera relación además tiende a presentar rasgos de debilidad y racionalidad opuestos al de los hombres que demuestran fuerza e impulsividad.

Ninguno presenta poderes especiales o sobrenaturales, ya que lo que se busca reflejar son conductas humanas. Tampoco importa que los personajes sean políticamente correctos. Por el contrario, esta serie busca demostrar, con un contenido bastante sarcástico e irónico, las verdaderas respuestas humanas antes los problemas cotidianos en ámbitos familiares, sociales y laborales. Hay una gran diversidad de conductas sólo en los cuatro principales personajes, lo que hace de esta serie muy atrayente y constantemente divertida y con desenlaces posiblemente inesperados por el televidente.

Mientras Homero Simpson es un irreverente padre dedicado al alcoholismo y se mantiene al borde del desempleo; Marge, su esposa, se dedica al hogar y a sus hijos, con mayor frecuencia que Homero, aunque no puede ocultar su inconformidad con la rutina y siempre intenta conseguir nuevas amistades.
Mientras Bart, es un desobediente y travieso niño que se divierte haciendo daño a los demás o intentando hacerlo; Lisa, su hermana menor, es una niña inteligente, humana y emocional. Así está familia presenta características polarizadas pero que en cierta forma se equilibran, incluso simbióticamente, ya que generalmente cuando alguno cae en líos, otro acude a ayudar.

Es muy probable que en un futuro no muy lejano conozcamos a niños con comportamientos similares a alguno de estos personajes o a los que les desagraden ciertas costumbres. Por lo general, las personas suelen inclinarse e identificarse hacia aquellos que aparentemente poseen poder. Y esto se puede reforzar si en casa, fuera de la pantalla, la vida real no presenta muchas modificaciones.

2 comentarios:

Elliot Calixto dijo...

Yo de niño me crei Bart, ahora soy "bat". salgo de noche para comer frutas sanguineas, cruentas cuspides. Al llegar a kasa puedo ver la repeticion de los Simpson o si no futurama.

NiCoL dijo...

oye buey tanto escribes no te cansas?¿?¿? oye y la foto gay ?¿?¿ jajjajajajajajja

El aburrimiento también es inspirador ;)