- Nuestra vida se encuentra oscurecida, por que nuestra percepción está situada en un túnel lleno de insatisfacciones que la oscurece cada vez más y con la cual, en el intento de caminar, incrementamos la inmensidad del túnel en el que nos ahogamos. Y no es que el túnel nos tengo atrapados, sino que somos nosotros quienes nos hemos escondido en él, y no lo sabemos; para poder salir de él, necesitamos que nuestra mente nos ilumine. El túnel no está fuera, es nuestra propia percepción la que oscurece el camino.
EL LOCUS DEL CONTROL
El locus del control es el lugar donde depositamos nuestras responsabilidades: dentro o fuera de nosotros.
El LC externo afirma que los problemas y sus soluciones dependen de las circunstancias en las que se desarrollan, y no de las personas; mientras que el LC interno, que las circunstancias son construidas por nosotros mismos. Mientras unos se miran en el espejo, para solucionar los problemas; otros lo miran para encontrar los problemas en otras personas, o justificarlos.
Si pensamos que nuestras responsabilidades están en manos de los demás, debemos estar alerta o ser concientes de lo riesgoso que esto puede ser. Lo más saludable es siempre que cada quien pueda hacerse cargo de su propia vida. También hemos de comprender que, si bien nuestros problemas no se encuentran aislados de ninguna de las dos circunstancias (internas o externas), sólo somos nosotros quienes podemos tomar iniciativa en resolverlos.
USTED ES EL CULPABLE…
Durante momentos de tensión, quitarnos el problema de nuestras manos es lo más fácil, pero no lo mejor. Que no ignoremos el problema, no quiere decir que no exista. Que culpemos a otros por ello, no quiere decir que nosotros no seamos los culpables, y mucho menos que la situación no se volverá a repetir.
Muchas personas, cuando no quieren reconocer sus errores o por que temen hacerlo, optan por culpar a otras. Nadie quiere ser juzgado de manera negativa, por que ello afectaría la imagen de cada uno; sin embargo, todos quieren juzgar a los demás, por que ello proyecta de si una imagen de poder y superioridad.
Cuando fuimos niños experimentábamos cada momento de la vida y nos equivocábamos con mucha frecuencia, o no cumplíamos los requerimientos de nuestros padres; ante esto, ellos nos quitaban el cariño y nos maltrataban psicológica y/o físicamente. Este proceder represivo ha generado en todos nosotros un miedo a equivocarnos. Y este miedo se refuerza cada día, por que la situación no ha cambiado mucho; antes eran nuestros padres quienes podían castigarnos, ahora lo son los profesores, los médicos, los jefes, los policías, los jueces y todo aquel individuo o institución que ejerza poder sobre nosotros (legal o ilegalmente).
Por ello, en nuestra formación nos enseñan que el camino al éxito depende de cuan alto escalemos para conseguir poder y no ser castigados, sino para castigar a los demás. Nada es más absurdo que esta lógica: si todos compiten para castigar quiere decir que siempre habrá castigados.
DIME LO QUE SIENTES Y TE DIRÉ QUIEN PUEDE SER
Las emociones positivas permiten un estado en el que nuestra predisposición para elaborar ideas, comprender y resolver nuestros problemas, es la mejor. Así mismo, ellas nos ayudan a soportar las emociones negativas a las que siempre estaremos expuestos, como si de un escudo se tratasen.
Las emociones negativas nos nublan la visión y el pensamiento, nos impiden una comprensión conciente de nuestras actitudes. Sin embargo, los momentos más desagradables también nos permiten conocer nuevos estados de conciencia, es decir, permiten nuevas formas de asimilar la realidad y actuar frente a ella. Lo importante no es que renunciemos a las emociones negativas, sino que sepamos en que momento están presentes.
LA ECUACIÓN DE LA FELICIDAD
El profesor Martín Seligman ha propuesto una ecuación simple para anunciar la procedencia de la felicidad: FELICIDAD = S + C + V
-S: Set genético
Existen personas que desde su nacimiento se muestran más entusiastas y optimistas que las demás. Sin embargo, algunos estudios demuestran que este rasgo hereditario puede ser modificado culturalmente.
-C: Circunstancias
El nivel económico, nuestra edad, nuestra salud, la educación que recibimos y el ambiente con el que convivimos son aspectos bastante influyentes en nuestro desarrollo.
Hay personas que viven tan sumergidas en la pobreza, que la supervivencia les impide ocuparse en aspectos que ellos más desearían o, por los mismos motivos, los desconocen y no pueden auto-explorarse y determinar lo que realmente necesitan para ser felices; y otras que se dedican a acumular tantas propiedades para garantizar poder y autoridad, y conviven tan constantemente con objetos que cuando voltean la mirada se dan cuenta que están rodeadas de objetos sin vida que no les producen felicidad… o cuando se encuentran con otras personas, se relacionan como si también se tratasen de objetos (evaluando el grado de inteligencia o productividad económica, o el status social, y omitiendo valores como el amor), y como además no lo consiguen, se sienten más infelices.
-V: Voluntad
¿Qué estamos haciendo para hacerle frente a los problemas externos que nos afectan? La felicidad jamás será resuelta por otros. Sólo seres felices cuando seamos nosotros mismos los artífices de nuestra felicidad.
LA MENTE:
CREADORA DE NUESTRA REALIDAD
Cuando la realidad estimula nuestras emociones y pensamientos negativos, la única forma de hacerle frente satisfactoriamente es actuar de manera asertiva, es decir, positivamente. Los pensamientos negativos no ayudan a resolver los problemas, sino que impiden hacerlo y muy probablemente generan más.
Muchas personas se sienten recompensadas provocando que otros se sientan inferiores a ellas; pero este ego sólo demuestra la real situación de insatisfacción y frustración en las que estas se encuentran, y lo peor es que parece expandirse. Otras personas demuestran ser más empáticas y siempre les desean lo mejor a los demás. Esta actitud, siempre que sea sincera, no sólo es favorable para los demás sino también para ellas mismas.
EL LIBRE MERCADO Y EL MIEDO
En este apartado Fischman revela las verdaderas intensiones de su libro: formar personas para el beneficio de la economía.
Él afirma que sin títulos de propiedad, estaría permitido que cualquier persona pueda quitarnos los ambientes donde convivimos; y se equivoca, por que lo que impide que algo sea despojado de nosotros es que tenga dueños. Los títulos de propiedad garantizan los ambientes para sus dueños, pero se los quitan a quienes no lo son; es decir aboga por una especie de “hurto legal”.
El problema no es vivir preocupados en que otros nos puedan quitar nuestras propiedades, el problema es vivir preocupados en mantenerlas, aun cuando no las necesitemos y otros si. El miedo y la preocupación real se encuentran en el hecho de tener construir una vida sustentada por el dominio económico, y para no perderlo, o el de buscarlo incansablemente.
El ejercicio de autoridad no sólo nos impide realizarnos a nosotros mismos, sino también a los demás, a quienes lo padecen sin tenerlo; un mundo sustentado bajo esta lógica de control y productividad impide conseguir nuestra paz interior. La economía se presenta como una emoción negativa, que nos nubla la percepción e impide cualquier intento de comprensión hacia nosotros mismos y hacia lo que deseamos que exista fuera de nosotros.
No podemos afrontar positivamente un mundo negativo, a menos que finjamos hacernos los desentendidos, pero esto no resuelve el problema, lo empeora.
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