El arte de amar- Erich Fromm

Opinión:

El inicio de la obra es bastante desenvuelto y crítico frente al decadente desarrollo cultural actual. Es claramente un intento de romper el mito de lo que es, y no, amor. O de lo que simboliza el amor en épocas como las de hoy, donde la compra y venta es la rutina más obsesiva y en las que el sistema no se ha limitado a influenciar en las relaciones económicas, sino que también ha abordado casi todos los ámbitos sociales, como una especie de cáncer silencioso e invasor de la vida.

Fromm señala que el amor es un arte, pero no establece una comparación entre ambos términos, tampoco una definición clara de lo que el entiende por arte. Lo cual puede presentar cierta ambigüedad. Desde una óptica tradicional, un artista se ve reflejado en una persona que se dedica a actividades creativas, que encajan dentro de la vida laboral, y que le pueden permitir obtener dinero con ello. A mi parecer todas las personas somos artistas y toda expresión es arte. Desde el niño que hace pataletas y llora dentro de casa, hasta el que rompe con la rutinaria vida escolar y hace deporte o simplemente se pone a pensar en las musarañas. Mientras más espontaneidad y despreocupación por los fines haya en el desarrollo de actividades cotidianas, más puede caracterizarse como arte. Y lo mismo habría que decirse del amor, considerarlo como una actividad no separada de la vida misma y que indudablemente, al igual que el odio, es el resultado de una construcción social y cultural.

Como Fromm indica, la separatividad del ser humano y la naturaleza, su real ambiente de desenvolvimiento y evolución, es el origen de la larga cadena de problemas que aún hasta hoy se intentan resolver. Pero en el intento, los métodos empleados, en realidad, provocan que la sensación de separación incremente y así se continúan generando soluciones, que paradójicamente generan más problemas. ¿Por qué? Por que se le puede engañar a la razón, o se puede inventar una. Pero el proceso de adaptación es, en si mismo, un problema, no la solución. Así es como cada vez existe un miedo que se ha ido heredando culturalmente. El miedo a estar aislado, a estar sólo, a uno mismo; pero también el miedo a la masa, el miedo a la autoridad, a la imposición. El miedo a morir sin ser amado. El miedo a vivir. El miedo a amar.

Otro detalle interesante es que las primeras culturas intentaron resolver el “conflicto de la separatividad” a través de relaciones sexuales comunitarias, mientras que actualmente ese vacío es falsamente llenado por medio de drogas, religiones, partidos políticos, clubes de fútbol, marcas de productos y demás símbolos que pueden generar dependencia, y hasta adicción. Ciertamente, ese es el desarrollo del que se enorgullecen los tecnócratas y sus defensores: el espectáculo, lo artificial, lo frío, lo programado y lo ilusorio. Pero, sólo el amor nos puede devolver la vida. El amor gratuito y sin imposición. El amor como consecuencia del caos y la ruptura social que puede generar la sincera voluntad y el deseo de cada quien.

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El aburrimiento también es inspirador ;)